Amigas, sombreros y el mar...

Estuve unos días de vacaciones en el norte con unas amigas de mi ex trabajo... la verdad es que con ellas he generado un vínculo tan grande de amistad que me siento en súper confianza. Eso pasa cuando ya has vivido suficientes experiencias como para que el cariño trascienda el trabajo y se vuelva algo más personal.

Muchos dicen que después de la universidad ya no vuelves a tener amigos y la verdad es que yo creo que es mentirita... porque yo si he recolectado por la vida, muchas lindas personas con las que sigo en contacto después de años...

Así que este post se lo dedico a mis amigas... las que saben casi todos mis secretos, las que saben de que pie cojeo (literal y figurativamente) las que conocen mis debilidades y las que aprecian mis virtudes.

El chiste fue que viajamos sólo mujeres y nos creíabamos una joven versión de Sex And The City (claro que sin Sex y con pueblo, más que City....) felices con las piñas coladas y limonadas frozen frente al mar...

Yo desde que llegué sólo pensaba en comprar un sombrero, mi sombrero y mi sombrero... nada más. Así que me compré mi sombrero... jajaja (la más necia!)

Los sombreritos de paja para la playa son un HIT... aprendí que si son de verdad, verdad puedes doblarlos hacerlos bolita y meterlos en un zapato sin que se malogren, luego cuando los abres puedes darles forma sin malograrlos. Hay otros que son de una paja más dura o sintética y a esos no les puedes dar forma, los doblas y se quedan marcados, así que con esos hay que tener más cuidado... cuestan menos pero requieren más cuidados de nuestra parte...

Yo me compré de los primeros, así que de regreso lo metí a la maleta sin mayor problema.

Feliz y contenta regresé a casa con mis amigas...

Moni- pregunta: Y ustedes ¿Han hecho verdaderos amigos en el trabajo? ¿que tan difícil es?

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